Hace un tiempo que se empieza a oír la idea de que la unidad dental es un producto básico. Un equipo dental útil, pero de escasa tecnología en el que se puede ahorrar. Cuanto menos cueste, mejor será, dicen por ahí, y si después da problemas, siempre puedes llamar al servicio técnico, que al final es donde vas a acabar igualmente. En psicología, para definir estas formas de condicionamiento de la percepción se habla de sesgo cognitivo. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Quiere decir que se trata de un prejuicio basado en una interpretación distorsionada de la información que ha terminado por tener apariencia de objetividad. Y se ha convertido en algo que es más cierto que la misma verdad. Se parece a lo que pasa con las fake news, que son noticias falsas que parecen auténticas y que consiguen engañar a un número impresionante de personas.
Esto es lo que es, de verdad, una unidad dental
La verdad, sin embargo, es bien distinta. No hace falta explicar qué representa una unidad dental para una consulta a ningún dentista que sepa manejar un ablativo. Es el eje, el corazón y el centro de gravedad de la consulta. Su ergonomía, su funcionalidad o su eficiencia pueden marcar la diferencia entre un dentista que trabaja al cien por cien de su capacidad y un dentista estresado por las condiciones en las que se ve obligado a trabajar. Un asistente que tiene que luchar con un equipo que da problemas tiene más posibilidades de distraerse. Y un paciente que no consigue relajarse porque el sillón es incómodo es un paciente menos colaborativo.
La importancia de la rentabilidad en la consulta dental
Otra gran verdad que no nos cansaremos nunca de repetir a nuestros clientes es que la rentabilidad de la consulta depende del funcionamiento de la unidad y que ningún dentista cambia de equipo cuando se encuentra a gusto y no tiene problemas. Por eso, cuando en VITALI decimos que nuestro trabajo consiste en desarrollar proyectos que perduren en el tiempo, no nos estamos refiriendo solamente a nuestros equipos. Estamos hablando de nuestro profundo conocimiento del entorno en el que trabaja el dentista y de nuestra atención, casi obsesiva, por todo lo que puede contribuir a mejorar su actividad.
Eficiencia operativa ante todo
Nuestra filosofía consiste en centrar la consulta en la eficiencia, fabricando unas unidades que funcionen siempre, ahorrando -aquí si podemos hablar de ahorro- el desastre de una parada de máquina y tener que esperar al servicio técnico. Hay quien dice que la unidad VITALI no se rompe nunca. También los hay que la comparan con las águilas por su longevidad. A nosotros nos gusta pensar simplemente en ese dentista que después de llevar treinta años trabajando con una unidad VITALI nos pregunta si le podemos hacer una revisión.
Todas las unidades VITALI se prueban de cabo a rabo
Los que usan un equipo VITALI en realidad no necesitan soporte técnico, pero no está de más, por mera precaución, dejarnos trabajar una vez al año. Puede haber alguna intervención propiamente dicha, pero son muy esporádicas en términos estadísticos. El motivo es simple: todas las unidades se montan antes de salir de fábrica ya que las probamos, función a función y movimiento a movimiento durante 7 u 8 horas. Esto significa que la máquina que se va a montar después en la consulta no encierra ninguna sorpresa para los técnicos.
Pasión artesanal y fiabilidad industrial
Somos herederos de una cultura artesanal en la que se trabaja con afán de mejora. Para un artesano no existe la posibilidad de que su producto no funcione, se rompa o dure poco. Sería una ofensa a su habilidad, a su experiencia y a su condición de fabricante. Pero al mismo tiempo tenemos la fiabilidad y la organización de un establecimiento industrial, que nos permite trabajar con todas las garantías y según los estándares de seguridad necesarios para fabricar unos dispositivos médicos y quirúrgicos fiables y de gran calidad.